FDP [ Diomedez Días ]

Nacido el 26 de mayo de 1957 en La Junta-Carrizal, un humilde corregimiento colombiano, Diomedez creció en un entorno rural lleno de desafíos económicos. Sus padres, campesinos dedicados al cultivo de subsistencia, trabajaban arduamente para mantener a sus nueve hijos, enfrentándose diariamente a las adversidades de una vida marcada por la pobreza. La Junta, conocida por su cultura musical y su gente luchadora, moldeó el carácter de Diomedez desde muy joven, convirtiéndolo en un hombre perseverante y apasionado.  

A pesar de las limitaciones, el amor por la música y la naturaleza siempre formaron parte de su vida. Las historias de juglares vallenatos y las tardes cuidando animales en el corral fueron su escape de la dura realidad.

Altura: 1.78 metros.  

Complexión: Robusta, con hombros anchos que evidencian años de trabajo físico.

Piel: De tono moreno, con un leve desgaste por el paso de los años y las largas jornadas bajo el sol.

Cabello: Canoso y siempre bien cuidado; lo considera un reflejo de su experiencia y madurez.  

Rasgos distintivos: Una cicatriz en la mano izquierda, recuerdo de un accidente trabajando en el campo, y una voz ronca, pero melodiosa, que lo caracteriza.  

Psicológicas:
Diomedez es un hombre de extremos: ambicioso, estratega y profundamente carismático, pero también marcado por su avaricia y la búsqueda incesante del éxito material.  

• Una mente analítica capaz de tomar decisiones rápidas.  
  

• Su carisma natural le permite ganarse la confianza de aliados y socios.
  

 

• Un fuerte sentido de responsabilidad hacia su familia.  
  

• Su ambición puede nublar su juicio, llevándolo a tomar riesgos innecesarios.
  

 

• Tiende a desconfiar de todos, fruto de su vida en los negocios ilícitos.  
  

• La culpa por los sacrificios morales que ha hecho lo persigue constantemente.
  

La infancia de Diomedez fue humilde pero enriquecedora. A pesar de las limitaciones, su familia era unida, y su abuela materna siempre lo inspiró con su sabiduría. Ella fue quien le inculcó el valor del conocimiento y quien, años después, cambiaría su vida con un bono de una cooperativa que le permitió estudiar en la universidad.  

Desde niño, mostró talento para el canto, participando en festivales locales, donde pronto se ganó el apodo de "El Ruiseñor de La Junta". Aunque soñaba con ser cantante, la realidad económica de su familia lo llevó a buscar una carrera más estable.  

En su adolescencia, alternó entre sus estudios y trabajos ocasionales, desde cuidar animales hasta recolectar frutos. Siempre tuvo un interés innato por la medicina, fascinado por cómo los médicos podían transformar vidas. Esta pasión lo llevó a elegir la carrera de Bacteriología y Laboratorio Clínico.  

La música, sin embargo, nunca quedó atrás. En sus años universitarios, continuó cantando en bares y eventos, logrando un reconocimiento que, aunque modesto al principio, empezó a trascender los límites de su comunidad.

Tras graduarse, Diomedez inició su vida profesional en el Putumayo, una región desafiante tanto por su geografía como por su contexto social. Allí combinó su trabajo en un laboratorio clínico con la cría de pollos, una actividad que se convirtió en su primera gran inversión. Con el éxito de su pequeña granja, compró su primer camión, un Mazda T45, y comenzó a generar ingresos adicionales transportando mercancías.  

Sin embargo, su ambición no tenía límites. Pronto, vio una oportunidad en el contrabando, utilizando sus camiones para mover bienes de alto valor sin pagar impuestos. Esto lo llevó a acumular una fortuna considerable, pero también lo puso en la mira de la DIAN, la agencia tributaria colombiana.  

Ante la presión de las investigaciones y la creciente dificultad de mantener su estilo de vida, Diomedez decidió diversificar sus ingresos. Incursionó en la minería, la compra y venta de bienes raíces, e incluso en el tráfico de drogas, siempre utilizando su carisma y habilidad estratégica para expandir sus negocios. Paralelamente, continuó su carrera médica, especializándose en microbiología y realizando un curso en mecánica diésel, una habilidad que le permitió mantenerse conectado con su amor por los camiones.  

La situación económica del país, sin embargo, dio un giro inesperado. Con los ingresos disminuyendo y la DIAN intensificando su persecución, Diomedez tomó una decisión drástica: abandonar Colombia y buscar refugio en otro país. A través de un amigo, encontró en Argentina un lugar donde comenzar de nuevo.  

Actualmente, Diomedez reside en Argentina, llevando consigo un capital reducido, pero suficiente para establecer nuevos negocios. Allí utiliza su experiencia para explorar oportunidades en transporte, mecánica y consultoría médica, todo mientras intenta mantener un perfil bajo y evitar los errores del pasado.  

• Esposa: Su compañera de toda la vida, quien ha sido testigo de sus éxitos y caídas. Aunque lo apoya, comienza a cuestionar sus decisiones, lo que podría generar conflictos futuros.
  

 

• Hijos: Tiene varios hijos, algunos de los cuales buscan seguir sus pasos empresariales, mientras que otros lo desafían por su ética cuestionable.
  

 

• Hermanos: Diomedez tiene ocho hermanos, dos de los cuales mantienen contacto cercano con él. Uno de ellos, con problemas financieros, podría buscar su ayuda, mientras que otro podría delatarlo por envidia.  
  

Diomedez Días es el retrato de un hombre que nunca se conformó con las cartas que le dio la vida. Desde sus humildes comienzos en La Junta hasta su actual exilio en Argentina, su historia es un testimonio de ambición, talento y contradicciones. Es un personaje que combina el brillo del éxito con las sombras de sus elecciones, ofreciendo infinitas posibilidades de desarrollo en el rol.  

Ya sea buscando redención, enfrentando a sus demonios o construyendo un nuevo imperio en tierras extranjeras, Diomedez es un hombre que nunca deja de sorprender y que está dispuesto a todo por proteger a los suyos, incluso si eso significa arriesgarlo todo una vez más.